lunes, 7 de enero de 2013

No pagaré tres pavos por una caña

A Yippi Yippi Yeah le gusta el cine



Otra esquina decorada con una referencia cinematográfica


Fíjate en la figura y en las palabras de esta obra de Yipi Yipi Yeah: ¿te recuerda a alguna película?



a dios pongo por testigo
Plaza de los Carros


Compáralo con esta escena:

La escena, como probablemente ya sabes, es de la película norteamericana Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, 1939).

A Dios pongo por testigo es una forma poco habitual en español de decir juro ('prometo ante Dios'). De hecho, si buscamos estas palabras en Google, casi todo lo que encontraremos son referencias a esta película o juegos lingüísticos a partir de esta escena de cine.

¿Y dónde está la gracia de este cartel?

En la película, el juramento lo oímos en el momento más dramático de la película, en el que, Scarlett O'Hara, antes una niña rica y mimada, se da cuenta de que deberá trabajar y hacer todo lo posible para no pasar hambre y sacar a su familia adelante, a consecuencia de la Guerra de Secesión (o Guerra Civil norteamericana). En el cartel, Scarlett jura que no pagará tres pavos (coloquialmente, sobre todo en Madrid, 'euros') por una caña.

¿Y qué es exactamente una caña? En España, ya desde el siglo XIX -y quizá antes-, se llama así a un vaso no muy grande, cilíndrico y estrecho, ahora de cerveza, y antiguamente muchas veces de vino.


Una caña tradicional tiene entre 20 y 35 centilitros de cerveza de barril, y actualmente su precio, si se toma en la barra (sin sentarse), varía, dependiendo del local, entre 1'20 y 2'00 euros (aunque ahora, con la crisis, hay mucha competencia entre los bares, y algunos, como los de la cadena La Sureña, la ofrecen a 1 euro).

Sin embargo, muchas veces se sirve la cerveza de barril en otro tipo de vasos o en copas, y en algunos lugares -sobre todo terrazas y bares de copas- no sirven cañas pequeñas; en estos lugares, te ponen una copa más grande y te cobran 3 euros o más.

La palabra caña forma parte de expresiones como ir de cañas o ir a tomar una caña, que no se refieren exactamente a la cerveza. Cuando proponemos ir de cañas, lo que proponemos ir a uno o más bares y tomar algo, preferiblemente con alguna tapa, pero no necesariamente tenemos que tomar cerveza; cuando le decimos a alguien: ¿Vamos a tomar una caña?, estamos proponiendo ir a tomar algo juntos, pero tampoco es necesario que tomemos cerveza, podemos tomar cualquier otra cosa.

Más sobre bares y cañas en ¡Marchando! y Cañas para tiesos.

Aquí me despido, ¡y a Dios pongo por testigo que volveré!



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